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Dr. Schär Institute
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La dieta baja en FODMAP para el síndrome del intestino irritable: Reino Unido como ejemplo

Dr. Schär Institute FODMAP Intolerancia al gluten Dieta baja en FODMAP para el síndrome del intestino irritable
El SII es un trastorno gastrointestinal funcional crónico y debilitante que, según las investigaciones en la materia, afecta al menos al 10 % de la población del Reino Unido, Europa y Estados Unidos. [1,2]
En Reino Unido, la mayoría de los tratamientos para el SII se prescriben en atención primaria: [3] 1 de cada 12 consultas con el médico de cabecera se debe a problemas gastrointestinales y en el 46 % de los casos se diagnostica SII. [3] Sin embargo, se considera que los médicos de cabecera no conocen en profundidad los criterios diagnósticos del SII y a menudo derivan sin necesidad al paciente a un especialista o le recetan fármacos innecesarios. [4,5] Las investigaciones de Spiegel sugirieron que, a pesar de la claridad de los criterios de Roma para el diagnóstico del SII, más del 70 % de los médicos ingleses de atención primaria siguen haciendo diagnósticos por exclusión. [6]

Más de 2,34 millones de personas en Reino Unido acuden al médico de cabecera con síntomas propios del SII, [4,5] de ellos alrededor del 20 % se remiten a un especialista en gastroenterología y el 9 % se someten a una intervención quirúrgica, lo que supone un importante gasto para el sistema sanitario inglés. [3] Es más, una auditoría realizada en 2011 a los pacientes externos de atención secundaria gastroenterológica de dos hospitales de distrito, puso de manifiesto que el 14,3 % se incluían indebidamente en estudios de investigación. Estos pacientes no presentaban síntomas de alarma que pudiesen indicar la existencia de SII, tenían menos de 45 años y suponían un gasto de más de 129 000 libras al año en consultas e investigaciones de atención secundaria. El coste económico puede aumentar sustancialmente si tenemos en cuenta que el 47 % de estos pacientes ya habían participado en investigaciones previas de atención secundaria sobre los síntomas del SII, y se encontraban sumergidos en un bucle de diagnóstico y ratamiento ineficaz. [7]
El informe de costes de 2008 IBS Costing Report Implementing NICE Guidance afi rmaba que se podía lograr un ahorro considerable reduciendo la atención secundaria inadecuada y dando más importancia a la dieta como tratamiento de primera línea para el SII. [5] Cabe señalar que hasta 2007 había muy pocas evidencias de la relevancia de la dieta en el tratamiento del SII, [8] no obstante, los documentos posteriores han concedido más credibilidad al enfoque dietético, y en 2010 la Asociación Británica de Dietética redactó una declaración de consenso profesional sobre el tratamiento dietético del SII. [1]

En Reino Unido se empezó a oír hablar de una nueva y revolucionaria dieta para el síndrome del intestino irritable (SII) en 2009, cuando un equipo de la Guy's and St Th omas’ NHS Foundation Trust y el King's College de Londres comenzó a investigar un estudio australiano sobre la dieta baja en carbohidratos fermentables, también conocida como dieta baja en FODMAP.

Estudios sobre dietas bajas en FODMAP

Esta dieta la desarrolló un equipo de la Universidad de Monash en Melburne, Australia, y empezó a ganar notoriedad tras la publicación de un estudio de 2008 que demostraba que los carbohidratos fermentables (FODMAP) en la dieta actuaban como causantes de síntomas en pacientes con SII. [9] Desde entonces, se han llevado a cabo tres ensayos aleatorios controlados que han vuelto a demostrar las claras ventajas de la dieta baja en FODMAP. [10–12] Estos datos, junto con los de tres ensayos prospectivos no controlados [13–15] y dos ensayos retrospectivos más, [16,17] han llevado a la conclusión de que la restricción de los carbohidratos fermentables debe incluirse en las directrices nacionales e internacionales para el tratamiento del SII. Todas las investigaciones en la materia indican que hasta un 70 % de los pacientes que siguen esta dieta presentan una importante mejoría en síntomas como: hinchazón, flatulencia, dolor abdominal y alteraciones defecatorias. [2] Asimismo, en 2010 la dieta baja en FODMAP entró a formar parte de las directrices para el SII de la Asociación Británica de Dietética [18] y en 2011 fue incluida en las directrices terapéuticas nacionales australianas. [19]
Los mecanismos por los que estos carbohidratos fermentables provocan síntomas intestinales se basan en dos procesos fisiológicos subyacentes: en primer lugar, estos carbohidratos no se digieren, sino que son fermentados por las bacterias del colon, generando gases que pueden alterar el entorno luminal y provocar hipersensibilidad visceral en individuos susceptibles al dolor intestinal. [11] En segundo lugar, se produce un efecto osmótico por el que los carbohidratos fermentables aumentan la cantidad de agua que llega al colon proximal, lo que causa alteraciones de la función defecatoria. [21]

En la dieta baja en FODMAPs se distinguen tres fases.

Se puede decir que, tras el diagnóstico de trastorno intestinal funcional en la atención primaria, la puesta en práctica de la dieta baja en FODMAP consta de 3 etapas principales (véase la figura 1).

La primera etapa consiste en la completa eliminación de la dieta de los alimentos que contienen FODMAP durante un período de 8 semanas, siempre bajo la supervisión de un dietista cualificado adecuado, y especializado en la dieta baja en FODMAP. Antes de esta fase de exclusión, en aquellos centros en los que se dispone de los medios adecuados, pueden realizarse pruebas en aire espirado para comprobar si existe malabsorción de fructosa y lactosa. Los resultados pueden permitir una dieta menos restrictiva si se comprueba que los FODMAP fructosa y lactosa se toleran bien.

Tras la fase de exclusión de 8 semanas, se realizará una revisión dietética exhaustiva de los síntomas y de los diarios de alimentación, que servirán de guía para la fase de reintroducción. Dependiendo de los síntomas, se establecerá el orden y la cantidad en que se deben reintroducir los alimentos que contienen FODMAP.

A largo plazo, el paciente puede controlar sus síntomas consumiendo alimentos que contienen FODMAP conforme a su límite de tolerancia. Las grandes ventajas de la dieta baja en FODMAP son la posibilidad de capacitar a los pacientes para controlar sus propios síntomas intestinales a largo plazo y la consecuente desmedicalización de su condición.
Dr. Schär Institute FODMAP Intolerancia al gluten Dieta baja en FODMAP llevada

Otros campos

Posteriormente se han llevado a cabo estudios de investigación [22] que demuestran que esta dieta no solo resulta útil para tratar el SII, sino también para mejorar los síntomas intestinales funcionales de otras condiciones, como la enfermedad infl amatoria intestinal. [16] También se han puesto de manifiesto ventajas potenciales frente a la diarrea que se produce en la alimentación enteral [23,24] y a la reducción de la frecuencia defecatoria en pacientes con ileostomía de alto débito o con bolsa ileal, aunque para estos últimos aún se necesitan más datos. [25]

Efecto de los FODMAP

A pesar de que las ventajas de esta dieta están bien documentadas, todavía se desconocen los efectos que puede ejercer sobre la salud y el estado nutricional del paciente la retirada de los carbohidratos fermentables de la dieta, así como sus implicaciones a largo plazo. No podemos olvidar que los carbohidratos fermentables ayudan a aumentar el volumen de las heces, mejoran la absorción del calcio, modulan la función inmune y favorecen el crecimiento y funcionamiento de algunos grupos microbianos beneficiosos, como las bifidobacterias. Por lo tanto, es necesario realizar más estudios en este campo. [2]

Conclusión

Tradicionalmente los pacientes con SII han resultado costosos y difíciles de tratar; en 2003 supuso para el Reino Unido un gasto de más de 45,6 millones de libras (= 55,4 millones Euro). [26] De hecho, los pacientes con SII generan al año un 51 % más de gasto que cualquier grupo de control que no padezca SII. [27] Sin embargo, la dieta baja en FODMAP finalmente ofrece una alternativa viable para esta condición crónica y debilitante y debe tenerse en cuenta seriamente como una opción de tratamiento para los pacientes con SII imposibles de tratar.
Autor
MARIANNE WILLIAMS
  • LICENCIADA CON HONORES, DIETISTA REGISTRADA, MÁSTER EN ALERGOLOGÍA
Marianne Williams es una dietista especializada en SII y alergología que trabaja para la Somerset Partnership NHS Trust. La importancia que concede a la dieta la ha llevado a crear un nuevo puesto dentro del sistema nacional de salud, el de dietista de salud pública especializado en gastroenterología, así como la primera clínica dietética gastroenterológica de atención primaria de Reino Unido. Este premiado servicio, ostenta un índice de éxito de más del 75 % en el uso de diversos tratamientos dietéticos basados en evidencias de especialistas con pacientes adultos con SII y alergia gastrointestinal. En concreto, más del 63 % de los pacientes que responden positivamente al tratamiento, siguen la exitosa dieta baja en FODMAP. Esta clínica ahorra una cantidad considerable de dinero al SNS, ya que evita la remisión de pacientes sin síntomas de alarma al especialista y ofrece una ruta alternativa efectiva a los facultativos de atención primaria y secundaria.
Referencias
  1. McKenzie Y. A., Alder A., Anderson W., Wills A., Goddard L., Gulia P. et al. British Dietetic Association evidence-based guidelines for the dietary management of irritable bowel syndrome in adults. J Hum Nutr Diet. Research Support, Non-U.S. Gov't. 2012 Jun;25(3):260–274
  2. Staudacher H. M., Irving P. M., Lomer M. C., Whelan K. Mechanisms and efficacy of dietary FODMAP restriction in IBS. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2014 Jan 21
  3. Thompson W. G. Irritable bowel syndrome in general practice: prevalence, characteristics, and referral. Gut. 2000;46(1):78–82
  4. Bellini M. T. C., Costa F., Biagi S., Stasi C., El Punta A., Monicelli P., Mumolo M. G., Ricchiuti A., Bruzzi P., Marchi S. The general practitioners approach to irritable bowel syndrome: From intention to practice. Digestive and Liver Disease. 2005;37(12):934–939
  5. NICE. Irritable Bowel Syndrome: Costing report implementing NICE guidance. London February 2008
  6. Spiegel B. Is irritable bowel syndrome a diagnosis of exclusion? A survey of primary care providers, gastroenterologists and IBS experts. Am J Gastroenterology. 2010;105(4):848–858
  7. Greig E. Audit of gastroenterology outpatients clinic data for May 2011
  8. Halpert A., Dalton C. B., Palsson O., Morris C., Hu Y., Bangdiwala S. et al. What patients know about irritable bowel syndrome (IBS) and what they would like to know. National Survey on Patient Educational Needs in IBS and development and validation of the Patient Educational Needs Questionnaire (PEQ). Am J Gastroenterol. [Research Support, Non-U.S. Gov't]. 2007 Sep;102(9):1972–1982
  9. Shepherd S. J. P. F, Muir J. G., Gibson P. R. Dietary Triggers of Abdominal Symptoms in Patients with Irritable Bowel Syndrome: Randomized Placebo-Controlled Evidence. Clinical Gastroenterology and Hepatology. 2008;6(7):765–771
  10. Staudacher H. M., Lomer M. C., Anderson J. L., Barrett J. S., Muir J. G., Irving P. M. et al. Fermentable carbohydrate restriction reduces luminal bifidobacteria and gastrointestinal symptoms in patients with irritable bowel syndrome. The Journal of nutrition. [Randomized Controlled Trial Research Support, Non-U.S. Gov't]. 2012 Aug;142(8):1510–1518
  11. Ong D.K. M. S., Barrett J. S., Shepherd S. J., Irving P. M., Biesiekierski J. R., Smith S., Gibson P. R., Muir J. G. Manipulation of dietary short chain carbohydrates alters the pattern of gas production and genesis of symptoms in irritable bowel syndrome. Journal of gastroenterology and hepatology. 2010;25(8):1366–1373
  12. Halmos E. P., Power V. A., Shepherd S. J., Gibson P. R., Muir J. G. A diet low in FODMAPs reduces symptoms of irritable bowel syndrome. Gastroenterology. [Randomized Controlled Trial Research Support, Non-U.S. Gov't]. 2014 Jan;146(1):67–75 e5
  13. de Roest R. H., Dobbs B. R., Chapman B. A., Batman B., O'Brien L. A., Leeper J. A. et al. The low FODMAP diet improves gastrointestinal symptoms in patients with irritable bowel syndrome: a prospective study. Int J Clin Pract. [Evaluation Studies Observational Study]. 2013 Sep;67(9):895–903
  14. Mazzawi T., Hausken T., Gundersend D., El-Salhy M. Effects of dietary guidance on the symptoms, quality of life and habitual dietary intake of patients with irritiable bowel syndrome. Mol Med Rep. 2013;8:845–852
  15. Wilder-Smith C., Materna A., Wermelinger C., Schuler J. Fructose and lactose intolerance and malabsorption testing: the relationship with symptoms in functional gastrointestinal disorders. Aliment Pharmacol Ther. 2013;37:1074–1083
  16. Gearry R., Irving P. M., Barrett J. S., Nathan D. M., Shepherd S. J., Gibson P. R. Reduction of dietary poorly absorbed short-chain carbohydrates (FODMAPs) improves abdominal symptoms in patients with inflammatory bowel disease - a pilot study. Journal of Crohns and Colitis. 2009;3(1):8–14
  17. Ostgaard H., Hausken T., Gundersend D., El-Salhy M. Diet and effects of diet management on quality of life and symptoms in patients with irritable bowel syndrome. Mol Med Rep. 2012;5:1382–1390
  18. British Dietetic Association. UK evidence-based practice guidelines for the dietetic management of irritable bowel syndrome (IBS) in adults. Birmingham September 2010
  19. Government NSW, Australia. Therapeutic Diet Specifications for Adult Inpatients. Chatswood, New South Wales, Australia: Agency for Clinical Innovation; 2011
  20. Gibson P. R., Shepherd S. J. Evidence-based dietary management of functional gastrointestinal symptoms: The FODMAP approach. Journal of gastroenterology and hepatology. [Research Support, Non-U.S. Gov't Review]. 2010 Feb;25(2):252–258
  21. Barrett J. S., Gearry R. B., Muir J. G., Irving P. M., Rose R., Rosella O. et al. Dietary poorly absorbed, short-chain carbohydrates increase delivery of water and fermentable substrates to the proximal colon. Alimentary pharmacology & therapeutics. [Randomized Controlled Trial Research Support, Non-U.S. Gov't]. 2010 Apr;31(8):874–882
  22. Staudacher H. M., Whelan K., Irving P. M., Lomer M. C. Comparison of symptom response following advice for a diet low in fermentable carbohydrates (FODMAPs) versus standard dietary advice in patients with irritable bowel syndrome. J Hum Nutr Diet. [Comparative Study Research Support, Non-U.S. Gov't]. 2011 Oct;24(5):487–495
  23. Barrett J. S., Shepherd S. J., Gibson P. R. Strategies to Manage Gastrointestinal Symptoms Complicating Enteral Feeding. Journal of Parenteral & Enteral Nutrition. 2009;33(1):21–26
  24. Halmos E. P. M. J., Barrett J. S., Deng M., Shepherd S. J., Gibson P.R. Diarrhoea during enteral nutrition is predicted by the poorly absorbed short-chain carbohydrates (FODMAP) content of the formula. Aliment Pharmacol Ther. 2010;32(7):925–933
  25. Croagh C., Shepherd S. J., Berryman M., Muir J. G., Gibson P. R. Pilot study on the effect of reducing dietary FODMAP intake on bowel function in patients without a colon. Inflammatory bowel diseases. [Research Support, Non-U.S. Gov't]. 2007 Dec;13(12):1522–1528
  26. Longstreth G. F., Thompson W. G., Chey W. D., Houghton L. A., Mearin F., Spiller R. C. Functional bowel disorders. Gastroenterology. [Review]. 2006 Apr;130(5):1480–1491
  27. Maxion-Bergemann S. T. F., Abel F., Bergemann R. Costs of irritable bowel syndrome in the UK and US. Pharmacoeconomics. 2006;24(1):21–37
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