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Dr. Schär Institute
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Autismo y dieta sin gluten

Elena Lionetti
Departamento de Pediatría
Università Politecnica delle Marche, Ancona, Italia
 
Ya en el siglo VI Hipócrates presumía que todas las enfermedades tenían origen en el intestino. Hoy en día, la relación entre la salud del intestino y la salud humana es cada vez con mayor frecuencia objeto de estudio. 
En la comunidad científica y en la población general ha suscitado un notable interés el posible nexo de causalidad entre el autismo, una de las patologías neuropsiquiátricas más severas de la infancia, y la intolerancia alimentaria al gluten.

El autismo
El autismo es un síndrome comportamental causado por un trastorno de desarrollo de origen biológico que aparece durante los primeros 3 años de vida. Las principales áreas afectadas por un desarrollo alterado son aquellas relacionadas con la comunicación social, la interacción social y el juego funcional y simbólico. En términos más simples y descriptivos, los niños con autismo presentan deficiencias cualitativas del lenguaje, llegando a ser graves y pudiendo presentar hasta la ausencia total del lenguaje, manifestando incapacidades o importantes dificultades para desarrollar una reciprocidad emotiva, tanto con los adultos como con sus padres, y presentan intereses restringidos y comportamientos estereotipados y repetitivos. Una fuerte falta de homogeneidad fenoménica sugiere que el cuadro clínico observable puede originarse en una “familia” de trastornos con características similares, entre los que se distinguen cuadros “típicos” y cuadros “atípicos” con características clínicas más imprecisas. La consecuencia común es la inhabilidad que se manifiesta durante toda la vida, con gravedad variable según el sujeto.

En las últimas décadas se ha observado un notable incremento del diagnóstico de estos trastornos, con una incidencia de 40-50 casos cada 10.000 personas. Si bien por un lado este aumento ha sido explicado por una mayor capacidad de reconocer y diagnosticar estos trastornos, por otro lado parecería estar ligado a un aumento real de la patología, en virtud de una mayor exposición a algunos factores ambientales, sobre los cuales, hasta hoy no existen evidencias claras en la literatura. Sobre la base de los conocimientos actuales, se considera que el autismo es una patología con una elevada tasa hereditaria, resultado de la interacción entre factores genéticos favorecedores y factores ambientales desencadenantes. Aún no se conoce la evolución etiopatogenético que conduce al desarrollo de los cuadros de autismo; la investigación se ha dedicado principalmente a indagar la función de los factores genéticos, mientras que se ha prestado menos atención a los factores ambientales o a la interacción gen-ambiente. En los últimos años se ha hecho mucho más hincapié en el estudio de los efectos de la dieta y de la alimentación en el autismo y uno de los tratamientos más populares ha sido la dieta libre de gluten.

Enfermedad celíaca y sensibilidad al gluten no celíaca
El eventual efecto de la dieta sin gluten en niños autistas no se debe a una enfermedad celíaca subyacente, pues los estudios de monitorización serológica nunca han confirmado una asociación entre estas dos condiciones. De hecho, la incidencia de la enfermedad celíaca en los niños con autismo coincide con la incidencia de la enfermedad celíaca en la población general (aprox. 1%). Sin embargo, se presume que el autismo puede obedecer a una patología llamada “sensibilidad al gluten no celíaca” (SGNC). La SGNC, originariamente descrita en 1980, es una entidad sindrómica recientemente "redescubierta" y caracterizada por síntomas intestinales y extra-intestinales ligados a la ingestión de alimentos que contienen gluten, en sujetos que no sufren enfermedad celíaca ni alergia al trigo. Muchos aspectos de la SGNC, desde la epidemiología hasta la fisiopatología, el espectro clínico y el tratamiento, aún siguen siendo poco claros. El modo de presentación clásica de la SGNC es una combinación de síntomas gastrointestinales, como dolor abdominal, distensión abdominal, alteraciones del vientre (diarrea o estipsis), con manifestaciones sistémicas, como trastornos específicos de la esfera neuropsiquiátrica, sensación de mente enturbiada, cefalea, cansancio y entumecimiento de los miembros. En estudios recientes, la SGNC se ha relacionado con algunas patologías neuropsiquiátricas como el autismo, la esquizofrenia y la depresión. Sin embargo, el vínculo entre sensibilidad al gluten no celíaca y patologías neuropsiquiátricas es actualmente un tema muy debatido y controvertido, que requiere estudios prospectivos para establecer la verdadera función del gluten como factor desencadenante de estas enfermedades.

Gluten y autismo
Reichelt fue el primero en presumir que los péptidos del gluten podían influir en la patogénesis del trastorno del autismo. Algunos síntomas del autismo podrían ser consecuencia de una absorción excesiva de péptidos con actividad opioide formados por la degradación incompleta del gluten (glutomorfinas). El aumento de la permeabilidad intestinal podría permitir a estos péptidos atravesar la membrana intestinal, entrar en el flujo hemático y atravesar la barrera hemato-encefálica, atacar el sistema endógeno de los opiáceos y la neurotransmisión en el sistema nervioso; la remoción de estas sustancias de la dieta debería determinar un cambio en los comportamientos autistas. Sin embargo, si bien se ha observado que muchos padres de niños autistas recurren a la dieta sin gluten, la eficacia de la dieta de exclusión en la mejora del comportamiento autista nunca se ha estudiado correctamente. En 2008 una revisión Cochrane de la literatura informó que sólo dos estudios aleatorios controlados efectuados con un pequeño número de pacientes evaluaron el efecto de la dieta sin gluten en niños autistas respecto de una dieta convencional. Las únicas medidas en las que se observó una mejora significativa en el grupo de los sujetos tratados con dieta fueron los rasgos autistas generales, el aislamiento social y la capacidad general de interacción y comunicación; en cambio, no se observó ninguna diferencia significativa entre la dieta de exclusión de gluten y la dieta convencional en lo que concierne a los comportamientos estereotipados, el nivel cognitivo no verbal y los problemas motores. No se realizó ninguna evaluación para medir los efectos adversos de la dieta, ni en términos de efectos colaterales ni en términos de impacto en los costes y la calidad de vida. Cochrane ha concluido que la evidencia de la eficacia de la dieta de exclusión es escasa. Sobre la base de las pocas evidencias disponibles en la literatura, se puede suponer que existen sujetos “responders”, en los que la patología autista obedece al metabolismo alterado de algunas proteínas alimentarias y que, por lo tanto, son altamente sensibles a los cambios alimentarios con exclusión de gluten u otros antígenos alimentarios, como la caseína, y “non responders”, que resultan refractarios a las medidas dietéticas. Indudablemente son necesarios más estudios en gran escala, de buena calidad, aleatorios y controlados para verificar el papel del gluten en la etiopatogenia y en el tratamiento del autismo.

Conclusiones
Como se ha destacado en las recientes Pautas del Ministerio de Salud sobre el tema, por el momento no se dispone de pruebas científicas suficientes para formular una recomendación sobre el uso de la dieta de eliminación del gluten en sujetos con trastornos de autismo. Son necesarios estudios científicos metodológicamente rigurosos que evalúen la eficacia real de las dietas de eliminación y el papel del gluten en la etiopatogenia de esta enfermedad aún poco conocida.
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