Utilizamos cookies. para mejorar su accesibilidad, personalizar y analizar su navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Estoy de acuerdo

Plataforma informativa para necesidades dietéticas especiales.

Dr. Schär Institute
Menú

¿Cuándo se emplea la dieta baja en FODMAP?

Un posible uso de la dieta baja en FODMAP se presenta cuando se padece sensibilidad al gluten no celíaca, o bien Síndrome del Intestino Irritable. Actualmente, se está discutiendo si el desencadenante de las molestias gastrointestinales en algunos casos es en realidad el gluten, o los FODMAP, presentes en el trigo, el centeno y la cebada.
Debido a la heterogeneidad del síndrome del intestino irritable no es posible aplicar un tratamiento estándar. Por lo tanto, al principio todos los tratamientos son de carácter probatorio Para poder tratar de forma adecuada a los pacientes con SII, debe diferenciarse entre la predominancia de estreñimiento, la predominancia de diarrea y el hábito intestinal mixto o con patrones cíclicos.

 

Recomendaciones terapéuticas nutricionales para el síndrome del intestino irritable

Con respecto a la terapia nutricional, desde el punto de vista científico, no existen recomendaciones generales sobre la alimentación y el estilo de vida, ni para la prevención o el tratamiento del SII. No obstante, existen numerosas recomendaciones alimentarias individuales, formuladas por el médico que sigue el tratamiento, orientadas a los síntomas individuales. Estas deberían basarse en la observación de los desencadenantes individuales de la sintomatología (por ejemplo, estrés, determinados alimentos, falta de movimiento o de sueño, etc.) o las comorbilidades existentes (por ejemplo, depresión). En un diario de alimentación y síntomas se pueden documentar los hábitos de alimentación y las deposiciones, para identificar los alimentos que causan la diarrea o el estreñimiento.

 

No olvidarse de las intolerancias alimentarias

En los pacientes con los síntomas típicos del SII hay que estudiar la posible existencia de intolerancias alimentarias. Para ello, puede llevarse a cabo una dieta de eliminación específica, con visitas de seguimiento para que no dé lugar a una malnutrición, donde se estudie la relación consumo/eliminación-síntomas. Evitar de manera selectiva los alimentos que producen intolerancia, puede contribuir a que los síntomas desaparezcan o mejoren considerablemente.
En el caso de las alergias alimentarias, son raras en la edad adulta, y la significancia clínica de la determinación de los títulos de IgG de suero para identificar los posibles alérgenos alimentarios no está demostrada. Por tanto, las molestias gastrointestinales poco específicas deben atribuirse más bien al SII en vez de a una alergia.

Intolerancias alimentarias como causa habitual de las molestias gastrointestinales

Las intolerancias son causas habituales de las molestias intestinales poco específicas, normalmente producidas por carbohidratos de difícil reabsorción, como la lactosa y la fructosa. Los pacientes con SII-D son los que a menudo sufren intolerancias alimentarias como:

a) Intolerancia a la lactosa

b) Malabsorción de la fructosa

c) Sensibilidad al gluten no celíaca (en un gran número de pacientes con SII los síntomas mejoran al seguir una dieta pobre en gluten o sin gluten, a pesar de que no sufran enfermedad celíaca)

d) Tolerancia a la histamina

e) Intolerancia al salicilato

Uso de la dieta sin gluten

El gluten, un componente de distintos cereales, es en el caso de la enfermedad celíaca el desencadenante de molestias gastrointestinales no específicas, que también se dan en el SII. Los estudios demuestran, que en un gran número de pacientes con SII los síntomas mejoraron siguiendo una alimentación pobre en gluten o sin gluten, a pesar de que en dichos casos previamente se había descartado la enfermedad celíaca. La DSG es igualmente apropiada para el tratamiento de la sensibilidad al gluten no celíaca, patología que se presenta en alguno de los pacientes con SII. El consumo de productos sin gluten mejoró de forma considerable la aparición de dolores, flatulencia y cansancio, así como la consistencia de las heces. Cabe destacar que los pacientes con los marcadores genéticos HLA-DQ2 o HLA-DQ8 y el marcador serológico de anticuerpos IgG, son lo que mejor respondieron a una DSG. Estos pacientes deberían seguir controlándose y examinándose periódicamente para controlar un posible desarrollo de enfermedad celíaca. Sin embargo, la DSG es una prueba ya que los estudios demuestran que aproximadamente el 40 % de los pacientes celíacos padecen síntomas similares a los del IBS, y aunque normalmente las molestias mejoran siguiendo una DSG, hay casos en que los síntomas no mejoran. [2]

 

Reducción de los FODMAP

Para estudiar si los pacientes presentan una malabsorción de los carbohidratos, deberían reducir de forma probatoria el consumo de azúcares como la lactosa, la fructosa o el sorbitol. La dieta debería durar como mínimo 14 días y continuarse únicamente si se experimenta una reducción evidente de los síntomas de forma permanente. Algunos alimentos indicados a menudo por los pacientes como intensificadores de los síntomas son los productos lácteos, los productos a base de cereales, las bebidas con cafeína, los platos ricos en grasa o asados y los edulcorantes (como el sorbitol y el xilitol…). Algunos médicos aceptan desde hace unos años la dieta baja en FODMAP como primera estrategia terapéutica médiconutricional. Los FODMAP son carbohidratos fermentables de cadena corta muy frecuentes en la alimentación diaria, y por lo visto son corresponsables de síntomas gastrointestinales. La sigla proviene del inglés Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides And Polyols (en español oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables). El estudio de la dieta baja en FODMAP proporcionó resultados muy prometedores: tres de cada cuatro pacientes con SII presentaban una mejoría considerable de los síntomas al seguir la dieta. El éxito fue tal, que más del 80 % de los participantes en el estudio continuaron con la dieta baja en FODMAP una vez finalizada duración del estudio. [1]

 

Cómo realizar una dieta low FODMAP

Si desea conocer todos los detalles sobre la dieta low FODMAP, le recomenamos que visite nuestra sección de nutrición. En esta sección, encontrará la definición de la dieta, una clasificación de alimentos, artículos especializados y una guia para la elaboración y segumiento de la dieta.

Más información sobre este tema...

Artículo especializado 1

Mostrar todo

Estudios 2

Mostrar todo

La dieta baja en FODMAPs reduce los síntomas del SII, tanto como el asesoramiento dietético tradicional: prueba con control aleatorio

Hay una serie de ensayos clínicos para apoyar la observación de que una reducción de FODMAPs en la dieta es beneficiosa para los pacientes con SII, aunque por otro lado, hasta ahora ningún ensayo controlado aleatorizado ha demostrado que una dieta baja en FODMAP sea mejor que el asesoramiento dietético tradicional que se ofrece comúnmente a los pacientes con SII. El objetivo de este estudio multicéntrico, aleatorio y controlado fuecomparar el efecto sobre los síntomas del SII al seguir una dieta baja en FODMAP en comparación con el asesoramiento dietético tradicional de manera ciego siemple entre los pacientes ambulatorios con SII en un entorno semejante a la práctica clínica habitual.
Autor:
Bohn, L; Storsrud, S; et al.;
Año:
2015

Eficacia de una dieta sin gluten en sujetos con síndrome del intestino irritable (SII) / diarrea predominante y que desconozcan su genotipo HLA-DQ2/8.

Aziz I, Trott N, Briggs R et al

Clinical Gastroenterolgy and Hepatology 2016, Artículo de prensa

El SII-D representa casi un tercio de los pacientes con SII y es el subtipo predominante del SII que más se encuentra en la práctica clínica. La investigación apunta a que un 84% de los  pacientes con SII creen que la comida desencadena sus síntomas gastrointestinales y de estos, 1 de cada 4 citan la comida basada en el gluten como un desencadenante común. Estas observaciones han dado lugar a la entidad clínica conocida como sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC). Sin embargo,  la SGNC sigue siendo una condición controvertida debido a la existencia de componentes no-gluten co-existentes (incluyendo FODMAPs) que también han demostrado inducir síntomas en el SII.

El propósito de este estudio prospectivo fue evaluar la respuesta clínica de una cohorte de pacientes con SII-D ligado a su estatus desconocido de HLA-DQ y a una dieta sin gluten (DSG). El beneficio y la sostenibilidad a largo plazo de la dieta sin gluten también fueron evaluados.

El estudio se llevó acabo en el Royal Hallamshire Hospital, Sheffield, entre septiembre de 2012 y julio de 2015. Los pacientes que asistían a la consulta externa de gastroenterología y cumplían con los criterios Roma II para el SII-D fueron aptos para la inclusión en el estudio. La enfermedad celiaca fue excluida en base a una serología negativa y una biopsia duodenal normal. Los individuos con sensibilidad al gluten auto-diagnosticada, aquellos que ya llevaban una dieta sin gluten y aquellos con otros condicionantes médicos conocidos por “imitar” el SII-D también fueron excluidos. 68 pacientes fueron elegidos como aptos para el estudio,  y de estos 48 accedieron a participar  (24 HLA-DQ2/8+ y 24 HLA-DQ2/8-). Los sujetos fueron remitidos un dietista senior que les proporcionó información uniforme de cómo empezar una dieta sin gluten. A los sujetos se les entregaron cuestionarios validados para auto-cumplimentar el día antes de comenzar una dieta sin gluten y durante el periodo de dieta sin gluten, estos incluían el IBS Symptom Severity Score (IBS-SSS), Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS), Fatigue Impact Score (FIS), y el Short-form 36 (SF-36) para la evaluación de la calidad de vida. Siete sujetos abandonaron el estudio (4 no asistieron a la consulta inicial con el dietista, 1 se quedó embarazada, 1 comenzó una dieta adicional, y a 1 la dieta sin gluten le parecía demasiado cara).  A los sujetos restantes (21 HLA-DQ –; 20 HLA DQ +), se les mandó seguir una dieta sin gluten durante 6 semanas, después de la cual tuvieron una cita de seguimiento con el dietista y devolvieron sus cuestionarios. La fidelidad dietética fue evaluada usando una herramienta sencilla validada.  A los pacientes también se les preguntó si tenían la intención de seguir con la dieta sin gluten en el futuro. Para aquellos que contestaron que sí, se les citó para  realizarles un seguimiento de aproximadamente 18 meses después.  Es importante advertir que ni los dietistas ni los pacientes sabían que el estatus  HLA-DQ2/8 estaba siendo usado como comparativo dentro del estudio.

Tras seguir la dieta sin gluten durante 6 semanas, se vio una reducción en el cuestionario IBS-SSS de ≥50 puntos (indicando beneficios clínicos) en un 71% de los pacientes, sin haber diferencia entre grupos HLA-DQ. Se vio una reducción significativa de síntomas desde la semana 2 y continuaron cayendo en cada intervalo en la semana 4 y la semana 6.  Las mayores mejorías se vieron en aquellos pacientes que tenían los marcadores de SII  más graves en el punto de partida.   Estudiando los submarcadores del SII, se observa una reducción media significativa en el dolor abdominal, la frecuencia de aparición de dolor, la insatisfacción a la hora de realizar deposiciones y las interferencias en la vida diaria en ambos subgrupos HLA-DQ, sin diferencias entre grupos. Sin embargo los sujetos  HLA-DQDQ2/8- mostraron una mayor reducción en la distensión abdominal en comparación con los sujetos HLA-DQ2/8+  (p=0.04). También se observó una mejoría significativa tras una dieta sin gluten en ambos grupos, en HADS, FIS y el cuestionario SF-36 sobre la calidad de vida. Por otro lado,  los pacientes HLA-DQ2/8+ experimentaron una mejoría significantemente mayor frente a la depresión (p=0.02) y una mayor vitalidad (p=0.03) comparado con el grupo  HLA-DQ2/8-. Al final de la intervención de 6 semanas, el 72% de los pacientes que habían respondido positivamente al IBS-SSS tenían planeado seguir una dieta sin gluten en el futuro próximo  (11 HLA-DQ2/8+ and 10 HLA-DQ2/8-). Cuando se contactó con estos pacientes tras una media de 18 meses después, todos seguían una dieta sin gluten con un buen nivel de fidelidad e informaron de una mejoría continuada de síntomas, sin alteraciones en el índice de masa corporal o estatus bioquímico (comparados con el punto de partido).

Los resultados de este estudio demuestran que una dieta sin gluten llevada por un dietista debería ser considerada como una opción terapéutica para el manejo de pacientes con SII-D, los cuales previamente desconozcan los efectos del gluten. Los puntos fuertes de este estudio son que su cohorte esta rigurosamente  definida, que la enfermedad celiaca fue excluida y que los pacientes y dietistas desconocían el hecho de que el status HLA-DQ2/8 estaba siendo utilizado como un factor comparativo. Este estudio también se acopla una situación de vida real en la cual los pacientes recibieron una única consulta dietética y después se les dejó seguir la dieta sin gluten por si solos, en vez de darles todas las comidas en un ambiente de investigación fuertemente controlado.  Las limitaciones del estudio incluyen el efecto placebo de comenzar un ensayo dietético, sin embargo es poco probable que esto explique la repuesta observada en el 71% de los casos, particularmente a la vista de que el bienestar se mantuvo a los 18 meses.  Los autores de este estudio especulan con que los mecanismos fisiopatológicos que resultan en una reducción de síntomas para los pacientes con SII-D tratados con una dieta sin gluten pueden variar en función del estatus HLA-DQ, y que esto merece continuar siendo estudiado.


>>>Leer artículo original<<<
Autor:
Aziz, I; Sanders, D; et al.;
Año:
2016 Marzo
Idiomas:
English;

Diagnóstico de sensibilidad al gluten no celiaca en pacientes con síntomas gastrointestinales funcionales

Elli L, Tomba C, Branchi R et al

Nutrients 2016; 8: 84; doi:10.3390/nu8020084


La sensibilidad al gluten no celíaca (sensibilidad al gluten o SGNC) es un trastorno caracterizado por síntomas intestinales y extraintestinales relacionados con la ingesta de alimentos que contienen gluten. Hoy en día, las analíticas sanguíneas y la histología disponible no ayudan a establecer un diagnóstico diferencial, por lo que, en ausencia de una enfermedad celiaca (EC) o de alergia al trigo (AT), la reacción a la dieta sin gluten es el principio fundamental para diagnosticar SGNC. Sin embargo, el efecto placebo sumado a la presencia de otros compuestos activos dentro del trigo, por ejemplo, los inhibidores de tripsina amilasa (ATI) y los FODMAP, pueden actuar como factores de confusión a la hora de analizar el impacto de la dieta sin gluten gluten entre aquellos que potencialmente padecen SGNC. Es crucial contar con un diagnóstico correcto, tanto para evitar restricciones dietéticas innecesarias, como para proporcionar un tratamiento efectivo que reduzca la necesidad de toma de medicamentos y permita tener bajo control los síntomas de aquellos pacientes que refieren desórdenes funcionales de colon, entre los que se encuentra el síndrome de intestino irritable.

El objetivo de este estudio era identificar pacientes con SGNC entre aquellos que informaron de una mejora de sus síntomas gastrointestinales mientras mantenían una dieta sin gluten (DSG) a lo largo de una provocación con gluten controlada por placebo de doble ciego con cruce. El estudio se realizó en 15 centros externos gastrointestinales de Italia. Se incluyeron 140 pacientes adultos que acudieron de forma rutinaria a clínicas externas de gastroenterología y que cumplían los criterios de Roma III en lo que respecta a los desórdenes funcionales gastrointestinales. Todos estaban siguiendo una dieta con gluten y daban negativo para IgA anti tTG y para IgE provocada por alergia al trigo y tenían valores normales de IgA total. A aquellos pacientes con una sospecha más elevada de enfermedad celíaca se les realizó una biopsia duodenal para descartar casos de enfermedad celíaca con serología negativa.

La fase 1 del estudio fue investigar la respuesta de los sujetos a una DSG. Se evaluaron los síntomas y la calidad de vida utilizando una serie de escalas visuales análogas (EVA) de 10 cm y un cuestionario SF36. Después de esta evaluación inicial, se les pidió a los pacientes que mantuvieran una DSG durante 3 semanas. Un nutricionista experto proporcionó información detallada y ofreció ayuda a los pacientes para todo lo relacionado con la dieta. Al final de la fase 1, los pacientes repitieron la EVA y el cuestionario SF36. Solo se consideró que «respondían ante el gluten» aquellos pacientes que indicaron una mejora significativa en su bienestar (EVA ≥ 3 cm, n=101); y a estos se les incluyó en la fase 2 del estudio.

A los pacientes que respondieron ante el gluten se les solicitó que mantuviesen su DSG estricta durante la fase 2 del estudio (provocación con gluten controlada por placebo doble ciego cruzado). En esta fase del estudio estaban incluidos 98 sujetos donde 3 de ellos se negaron a completar la prueba debido al miedo de que los síntomas reapareciesen durante la provocación con gluten. Los pacientes se seleccionaron aleatoriamente para recibir o bien cápsulas de gluten purificado (5,6 g/día, equivalente a 80 g de pasta seca) o la misma cantidad de cápsulas placebo (almidón de arroz) durante 7 días. Se estableció una suspensión de 7 días entre los periodos de cruce, por lo que la duración total de la fase 2 ascendió a 21 días (los pacientes siguieron una dieta sin gluten durante todos ellos). Al final de cada periodo de 7 días (provocación con gluten/placebo, suspensión y cruce) los sujetos rellenaron las EVA y el cuestionario SF36. En general los pacientes indicaron un mayor empeoramiento de su bienestar durante la ingesta de gluten que durante la administración del placebo (p=0,05). 28 de los pacientes aleatorizados se identificaron como «positivos» a la provocación con gluten controlada por placebo doble ciego cruzado (es decir, con una recaída sintomática durante la ingesta de gluten) y 69 se consideraron «negativos» (es decir, sin ninguna reacción sintomática durante la administración de gluten). No se encontró ningún factor demográfico, clínico o bioquímico que se pudiera asociar con la respuesta al gluten. Entre los pacientes positivos no parece haber un efecto significativo de la secuencia de cápsulas. De forma notable, 14 de los 28 pacientes también se consideraron como que respondían ante el placebo indicando, tal y como se esperaba,  solo por el significativo «efecto placebo».

En total, el 14 % de los 98 pacientes aleatorizados que «respondían al gluten» mostraron una recaída sintomática durante la ingesta de gluten controlada por placebo doble ciego (sin respuesta simultánea al placebo) y, consecuentemente, pueden definirse como pacientes con SGNC. Este hallazgo confirma que la ingesta de gluten puede provocar síntomas gastrointestinales en un subgrupo de pacientes con desórdenes funcionales de intestino. Este estudio es el primero en valorar el comportamiento de los criterios de diagnóstico de los expertos de Salerno 1 para la SGNC en un entorno clínico. El gran número de pacientes que respondieron a una DSG (75 %) pero que dieron negativo a la ingesta de gluten es interesante, ya que se puede imputar un posible efecto placebo a cierta parte de esta discrepancia, pero también puede ser que muchos pacientes sean sensibles a otros componentes no específicos del trigo como, por ejemplo, ATI’s o FODMAP’s.

Leer artículo completo

1 Catassi C, Elli L, Bonaz B et al. Diagnosis of Non-coeliac Gluten Sensitivity (NCGS): The Salerno Experts Criteria. Nutrients 2015; 7: 4966-4977.
Autor:
Elli, L; et al.;
Año:
2016 Febrero
Idiomas:
English;
www.drschaer-institute.com